Editorial
Resumen
Desde la década de 1990 las transacciones financieras superan ampliamente el monto de las transacciones comerciales y el valor de la producción mundial de bienes y serviicios no financieros, y generan movimientos transfronterizos de creciente y vertiginosa aceleración. Diversos factores han contribuido a ello; generalmente se llama la atención sobre el desarrollo de nuevas tecnologías de procesamiento y trasmisión de datos y la aparición de nuevos instrumentos financieros, la exponencial liquidez de la economía mundial; consiguientemente, el surgimiento de nuevos actores y nuevas modalidades de intercambio en escala global. Como en etapas o momentos previos de la historia económica, la expansión de la financierización estimuló la creación de herramientas que la potenciaran y favoreció un mayor impulso de la globalización del capital. La mayoría de esas transformaciones tuvieron en el Estado un actor estratégico, tanto en respuesta a demandas surgidas de los nuevos mercados como impulsando políticamente nuevos enfoques, recursos y búsquedas. Aunque resulte chocante señalarlo, muchos de los desarrollos científicos y las innovaciones tecnológicas que hicieron posibles esas transformaciones económicas y culturales tuvieron lugar en respuesta a demandas y necesidades bélicas de los estados. Finalizadas las guerras, el cambio de los escenarios creó oportunidades para aplicaciones de muchas de esas innovaciones en tiempos de paz. Así como los nuevos instrumentos y los conocimientos científico-tecnológicos que los sustentan no surgieron espontáneamente o de iniciativas de los mercados -los mercaderes de la guerra se dedican a vender la parafernalia ya existente y de eficacia probada, no a inversiones de gran riesgo y resultados inciertos- también la aplicación de esas innovaciones en los nuevos tiempos requieren del estímulo y la iniciativa estatal. Por lo menos, para crear condiciones que hagan apetecibles esas novedades a los mercados: transformar la verdad científica en rentabilidad y utilidad privadas. Piénsese, sin ir más lejos, en los viajes espaciales, recientemente abiertos a las extravagancias turísticas de los megamillonarios de la globalización financiera. Es difícil imaginar a Elon Musk y Space-x sin más de medio siglo previo de investigaciones, presupuestos enormes, éxitos y fracasos de la NASA. También es difícil imaginar esas tentaciones fuera del híper consumismo y la híper liquidez que el neoliberalismo promueve con éxito, y las enormes desigualdades -entre países y regiones del mundo, y dentro de las sociedades- que son su más evidente y mal disimulado efecto.
Los dos artículos con los que se abre el presente número de la RPPP enfocan aspectos específicos del modo en que el Estado promueve las condiciones para la ampliación del capitalismo financiero, impulsa la resignificación de conceptos, sujetos y genera nuevas clases peligrosas en aquellos grupos que van siendo descartados por la nueva racionalidad de la sociedad neoliberal. El texto de Tomás Nougués analiza la incorporación de la Estrategia Internacional de Inclusión Financiera a las políticas públicas de la Alianza Cambiemos, prestando especial atención a su impacto en la política de asistencia social y al “Plan Nacional de Educación Financiera” -un tema que ha sido retomado por la actual gestión de la Alianza Juntos por el Cambio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El artículo de Tatiana Jack estudia las articulaciones que se producen entre las formas de problematización de la inclusión social de jóvenes, los modos de construcción de subjetividades y las discusiones sobre el control del delito en el diseño y la implementación del Programa Servicio Cívico Voluntario en Valores durante el gobierno nacional de la Alianza Cambiemos. El enfoque que la autora caracteriza como psicologicista es compatible con la relevante intervención que se asigna en el mismo a la Gendarmería Nacional, una fuerza de seguridad militarizada, en materia educativa de las poblaciones juveniles a las que el programa se dirige. Los textos de Nicolás Dvoskin y Florencia Aramburu y María Cecilia Zapata dirigen sus miradas a la política habitacional desarrollada por el Estado en interacción con sectores del mercado inmobiliario y sectores medios de la población urbana. Dvoskin pone el foco en las políticas desarrollistas del periodo 1955-76 y sus variaciones en determinados momentos del mismo; Aramburu y Zapata discuten los rasgos principales de los planes federales de vivienda en el conurbano bonaerense e indagan sobre sus efectivos resultados. La nacionalización de los ferrocarriles llevada a cabo por el primer gobierno de Juan Domingo Perón sigue motivando el interés de la investigación académica. Jonás Chaia De Bellis agrega a esa producción un texto que interpreta la medida adoptada a la luz de la coalición de actores sociales en la que se sustentaba el gobierno que la llevó a cabo y del impulso a un programa de desarrollo de un capitalismo nacional, en el contexto político-estructural, interno e internacional de la época. Referido a otro momento de la historia nacional y a otra configuración de su mapa social y político, y al transporte de pasajeros en general y no únicamente al ferroviario, Candela Hernández presenta un tratamiento crítico de la participación de las organizaciones de usuarios de esos medios de transporte en la prestación de los servicios en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Diferentes estructuras sociales, diferentes regímenes de prestación de los servicios, diferentes percepciones del sujeto social involucrado en el uso del medio de transporte, diferentes modalidades de participación. El desarrollo de la obra pública fue uno de los rasgos más notables de las gestiones de gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner (2003-2015). Dentro de esta la expansión de las redes de saneamiento y agua potable alcanzó un especial dinamismo, particularmente por comparación con los años y las gestiones gubernamentales precedentes. El texto de Federico Favata, Gabriel Montes Rojas y Andrés Salles propone un análisis estadístico de los cambios en el acceso a esas redes en el periodo 2003-2019, es decir de las tres gestiones Kirchner y de la gestión Cambiemos. Argentina es, desde hace décadas, una sociedad demográficamente urbana. De acuerdo a estimaciones basadas en el último censo nacional de población el 96% de la población tiene ese carácter. Ahora bien: ¿qué es lo urbano? ¿Tiene sentido reducirlo a lo demográfico? “Urbano/no urbano” es una simple dicotomía o esconde una desigualdad, incluso una discriminación? El artículo de Luján Menazzi explora las variadas dimensiones y significaciones de lo urbano, con referencia al diseño e implementación de políticas públicas.