Editorial
Resumen
Los artículos reunidos en el presente número de la RPPP enfocan diferentes pero coincidentes análisis de algunas de las cosas que están ocurriendo como efecto del cambio de paradigma de las políticas públicas. Inicia el artículo de Josep Burgaya sobre la transformación y debilitamiento de las críticas democráticas y progresistas en el presente contexto global: la mutación de una izquierda social, crítica de la configuración estructural y de las contradicciones del capitalismo del Estado de Bienestar, en una izquierda cultural que soslaya los fundamentos materiales de los imaginarios colectivos. Aunque toma como referencia a España y las limitaciones y callejones sin salida de las socialdemocracias, el texto de Burgaya es pertinente para la discusión latinoamericana y por consiguiente en Argentina, de las limitaciones, debilidades y regresiones de algunas experiencias nacional-populares o de “nuevo socialismo” en la región. El trabajo de Burgaya demuestra que, en lo que toca a las cuestiones culturales y simbólicas, poco o nada apareció de sopetón. Ninguna de las transformaciones que hoy atribulan a muchos aconteció de sorpresa, como “un trueno en un día de sol”, para recurrir a la vieja metáfora. En realidad el cielo venía nublándose desde bastante tiempo antes, incluso en el seno de experiencias que hoy son añoradas por gran parte de quienes sufren los efectos de lo que ocurre. El artículo de Rosa Valderrama Ríos y Francisco Herrera-Durán muestra la persistencia de la desigualdad social en Chile, un caso paradigmático en el experimento neoliberal latinoamericano puesto en marcha asentado en una brutal dictadura. El análisis señala la multidimensionalidad de la desigualdad social, una cuestión que se encuentra presente en otros países de la región. El texto de Jazmín Castaño discute varios de los principales desajustes entre los “principios metafísicos generales” en que se asentaba el paradigma oficial de política en materia de ciencia, tecnología e innovación y su metodología e instrumentos de implementación durante los últimos años de la llamada “posconvertibilidad”. Por su parte Francisco D’Alessio pone foco en el tratamiento político del patrimonio inmobiliario del Estado Nacional y la variedad de objetivos e intereses que se movilizan en torno a ello en el seno del estado. En vísperas de que el nuevo gobierno argentino efectivice la venta de esos activos, que incluyen extensos terrenos y construcciones que integran el patrimonio histórico de la Nación, el acervo patrimonial de las fuerzas armadas y el de las universidades públicas, el objeto del texto de D’Alessio adquiere particular relevancia. Sin perjuicio de la retórica anti-estatal, todas estas transformaciones se llevan a cabo, o por lo menos se intentan, con recurso al poder del estado en cuanto modo de organización del poder político. El recorte o desfinanciamiento de aparatos y organismos estatales va de la mano con el fortalecimiento y expansión del poder coactivo estatal. Cuestión ésta que fue señalada por una abundante bibliografía desde el inicio mismo de los experimentos neoliberales y que se exacerba en la actualidad en el laboratorio argentino. “Negocios libres y gente presa” resumió Eduardo Galeano en La canción de nosotros (1974) -a los que después hubo que agregar los desaparecidos y asesinados-. También en regímenes de democracia representativa que actuaron como remanso y salvaguarda en tiempos y regiones de tropelías autoritarias, ha tenido y está teniendo el cambio de orientación del funcionamiento del Estado en materia de objetivos, la erosión de lo público y la institucionalización política de intereses de grupos particulares. El artículo de Maximiliano López López estudia los desafíos que enfrenta la política de desarrollo forestal en Costa Rica: un país internacionalmente reconocido por sus logros en materia ambiental pero que no ha podido mantenerse al margen del clima político predominante, la pluralidad de actores involucrados y las insuficiencias de la gestión estatal. El trabajo pone de relieve asimismo las limitaciones y dificultades que experimenta, en las condiciones actuales, la planificación de políticas públicas como ejercicio centralizado de la gestión estatal, independientemente de sus aperturas a la participación de actores de una sociedad cruzada por agudas desigualdades de poder. El estado, se sabe, ha estado y está bajo fuego en los debates actuales. En los años ochenta y noventa del siglo pasado se lo veía a un mismo tiempo con esperanza y consternación. De acuerdo al enfoque neoclásico de Douglas North “La existencia del Estado es esencial para el crecimiento económico; sin embargo, el Estado es la fuente humana del ocaso económico” (Estructura y cambio en la historia económica, 1984); Peter Evans vio el estado simultáneamente “como un problema y como una solución” (The Politics of Economic Adjustment, 1992). En los vientos que corren actualmente ya no hay lugar para dudas: el estado es por definición el enemigo a destruir, en todo lo que no sea garantizar el orden y salvaguardar la propiedad. El presidente argentino Javier Milei se auto percibe como un topo infiltrado en el estado para destruirlo por dentro (Infobae, 6 de junio 2024). Como siempre ocurre, declaraciones de este tenor o equivalentes no pueden desconocer que la destrucción del estado no puede llevarse a cabo sin intervención del estado, cuestión ésta que pone de relieve lo engañoso que resulta reducir el estado a una cuestión de aparatos, organismos, procesos y procedimientos, y sus repercusiones en materias de presupuestos, dejando de lado su dimensión centralmente política que consiste en el modo en que se organiza, en un dado momento o etapa y lugar, el poder político -que es quien determina sus fines y objetivos y por lo tanto cuán grande o pequeño, fofo o robusto- será el aparato estatal. Por ello, en todos los casos e independientemente de los paradigmas de elaboración y gestión de políticas públicas, la eficiencia y la eficacia del estado son asuntos relevantes, aunque no se les preste atención en todos los casos. Una de las dimensiones en las que ello ocurre es el personal de la administración pública, posiblemente la cara más visible del estado para el común de los ciudadanos aún en los tiempos digitales que corren. El texto de Horacio Cao, Melina Levy, Diego Pando y Eduardo Salas presenta los resultados de un estudio sobre los avances y desafíos del funcionamiento del régimen laboral comprendido en el Sistema Nacional de Empleo Público, con énfasis en el régimen de la carrera administrativa y en los programas y acciones de capacitación del personal permanente, desde la perspectiva de especialistas que desempeñaron roles importantes en esta materia. Oscar Hechavarría-Prade, Daniellys Mora y Abich Aniuska Montero Castro presentan un estudio de las reformas político-institucionales en Cuba dirigidas a ampliar la participación ciudadana en el ámbito local en el contexto de la reforma constitucional de 1976, cuando el país se encontraba integrado al esquema geopolítico y económico de la entonces URSS y el bloque del COMECON. El artículo elabora una perspectiva institucionalista poco explorada en la literatura académica sobre Cuba; permite apreciar las iniciativas locales impulsadas, los actores involucrados y en general la articulación sociedad-estado en torno a una cuestión concreta, teniendo como telón de fondo la persistencia, que se mantiene hasta hoy, del embargo estadounidense. Agradezco a las y los colegas de instituciones académicas de América Latina y el Caribe que colaboraron con su tiempo, profesionalidad y buena disposición en la evaluación externa de los artículos que integran el contenido de este No27 de la RPPP.