Resumen
Como su propio título indica, en este artículo se muestran las ventajas de un enfoque a la vez antropológico y feminista para el estudio de los procesos de salud/enfermedad/atención referidos exclusivamente o no a las relaciones de género. Para ello se analizan distintas cuestiones relacionadas con dos grandes temas: la naturalización social de las mujeres y la distinción de los conceptos de sexo y género. En conjunto, se defiende que un análisis adecuado de las desigualdades en salud de hombres y mujeres requiere una visión no determinista y desnaturalizadora del cuerpo y la salud, así como una utilización correcta del concepto de género, para lo que es preciso tener en cuenta las aportaciones y revisiones feministas, que pueden verse potenciadas por los planteamientos de la antropología de la salud.